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¿Nos afectan por igual los desastres naturales? Desastres naturales, crisis climática y población vulnerable

Del artículo de Esmeralda R. Vaquero “Catástrofe natural, catástrofe desigualcompartimos esta importante reflexión.

La pobreza y vulnerabilidad están estrechamente relacionados, provocando que terremotos o huracanes se ceben con la población con menos recursos económicos. El devastador terremoto que ha asolado Turquía y Siria (6 de febrero de 2023) , países situados en una de las zonas sísmicas más activas del planeta;  el terremoto en Marruecos (8 de septiembre de 2023) y las inundaciones en Libia (12 de septiembre de 2023) , ha devuelto al debate público una cuestión importante.

¿No se pueden evitar estos desastres?

Si profundizamos en ellos, vemos que es una cuestión en la que también interviene un importante factor social. El número de catástrofes naturales en el mundo ha ido en franco aumento. En 1970, se contabilizaron 440 casos, mientras que en el año 2000 ocurrieron 1440, en el 2010 fueron 434 y en el año 2022 ocurrieron 421. El cambio climático, reflejado en inundaciones, lluvias torrenciales o la subida del nivel del mar, tiene mucho que ver en esta proliferación.

Aunque existan lugares con más probabilidad de sufrir desastres naturales, cuanto mayor sea la pobreza, más elevados serán los efectos trágicos en la zona afectada. Se puede mostrar con algunos casos prácticos:

1. Por ejemplo, el terremoto de Cachemira en el 2005 mató a 75.000 personas, una cifra 12 veces mayor al número de muertes provocadas por el terremoto (de la misma intensidad) que sacudió Japón en 1995.

2. En Haití, un seísmo de 7 grados en la escala Richter dejó en 2010 un total de 316.000 personas fallecidas. Ese mismo año, en Chile, un terremoto de una intensidad 30 veces mayor –es decir, de escala 8,8– provocó la muerte de 700 personas.

Aon plc ha publicado su informe anual ‘2023 Weather, Climate and Catastrophe Insight report’, que identifica las tendencias mundiales en materia de catástrofes naturales y clima para ayudar a tomar mejores decisiones que permitan gestionar la volatilidad y aumentar la resiliencia mundial.

El informe también destaca que aproximadamente 31.300 personas perdieron la vida a causa de catástrofes naturales globales en 2022. El número total de víctimas mortales se mantiene por debajo de la media desde hace 12 años consecutivos; sin embargo, más de 19.000 de las víctimas mortales fueron muertes relacionadas con el calor sólo en Europa, principalmente como consecuencia de olas acaecidas.

¿A qué se debe la diferencia entre cifras? La respuesta es sencilla: a la falta de recursos.

Dejamos dos ejemplos que sacan a la luz esta realidad:

  1. Terremoto de Marruecos; (del artículo de El Salto “El terremoto deja al descubierto el abandono en el que vive el Marruecos rural”) Es en el Sur de Marruecos donde el seísmo ha tenido más impacto, llegando a destruir casi por completo algunos pueblos y aldeas del Marruecos rural. Sin embargo, durante las primeras horas que siguieron al temblor, la atención se centró en Marrakech, pues las redes se llenaron de vídeos de turistas que se vieron obligados a correr por las calles de la Medina. Durante el día, filas de turistas europeos se agolpan por las calles, algunas con edificios dañados, siguiendo a su guía, mientras miran atónitos los cafés, las tiendas y atienden con gran expectación las explicaciones de su guía. Nada cambia por aquí, ni un terremoto donde la cifra de muertos asciende dramáticamente hora tras hora puede arruinar unas vacaciones de ensueño pagadas con antelación. En la nada turística población de Amizmiz las cosas son muy diferentes, el ajetreo de los coches se debe al paso rápido de las ambulancias, los bulldozers del ejército y los camiones de los equipos de rescate que tratan de llevar ayuda allí donde se necesita. Se oyen gritos, bocinas y muchos motores, el crujir de los edificios hiela la sangre viendo el estado en el que han quedado, cualquier movimiento puede hacer que se vengan abajo. La multitud aguarda en silencio la aparición de la víctima, y en cuanto sale a la calle en una camilla llevada por bomberos y tapado por una manta el silencio se rompe para dar paso a un rezo multitudinario. Quizás no habrían muerto si fuesen turistas europeos en Marrakech. 
  2. Inundaciones en Libia: (del artículo de Patricia Simón “Después de vivir tres guerras, Derna Vive sus momentos más duros”). Los habitantes de Derna, la más castigada por la tormenta ‘Daniel’, han sobrevivido al derrocamiento de Gadafi, a Estado Islámico y al conflicto entre dos gobiernos enfrentados por el control del país. “Desde 2011 todo ha ido a peor. Llevamos más de una década encadenando crisis y guerras”. Algunas notas del artículo de Victoria García “Libia, un país fragmentado en dos gobiernos y azotado por una gran catástrofe”. Libia es un estado privilegiado en cuanto a riquezas naturales. Tiene gas, petróleo, uranio, fosfatos y sal, dominado durante siglos por bandas y familias tribales, hasta que llegó al poder el Coronel Muamar Gadafi. El 20 de octubre del 2011, fue asesinado, poniendo fin a un régimen dictatorial que duró 42 años. Desde entonces, el país vive en un conflicto continuo, en una guerra civil perenne que enfrenta a grupos rebeldes, grupos tribales, y militares, que han dejado miles de muertos, un país dividido y segmentado, muy peligroso y en muchas manos no del todo fiable. Tras desaparecer Gadafi, al día siguiente, el presidente del Consejo Nacional de Transición, Mustapha Abdel Jalil, se autoproclamó presidente hasta convocar nuevas elecciones. Sus primeras órdenes fueron para establecer la sharía (la religión musulmana) como base de la Constitución y del Derecho, restableciendo la poligamia e ilegalizando el divorcio. La guerra civil se desató y llevó a la desintegración del país. Una guerra civil y decenas de guerras entre pueblos de diferente ideología. A partir del 2015, entra el Estado Islámico y cambia la estructura territorial del país. La ONU creó un órgano ejecutivo de transición llamado Gobierno de Acuerdo Nacional para dirigir la política Libia en este nuevo escenario con la unión del Congreso General Nacional y el Parlamento. Y, por otro lado, el Parlamento de Trípoli quedó bajo el control de los Islamistas que fueron expulsados por el LNA. Años de enfrentamientos, guerras, luchas y hoy en día Libia es casi otra Siria.

Como dice José Segura Clavell en su Crónica “Inundaciones, terremotos…y pobreza” hay un denominador común en las tragedias que hemos visto estos días en el Norte de África, el terremoto de Marruecos y la devastadora inundación de Libia (achacable al cambio climático) es que las tragedias multiplican exponencialmente su impacto mortal en las zonas de extrema pobreza.

Fotografía portada: DIARI ARA