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Andalucía, entre las comunidades autónomas con más niños y niñas que viven en riesgo de pobreza y de sufrir las consecuencias de la crisis climática



Informe ejecutivo (en castellano) 
 

 26 de octubre de 2022. Se estima que 774 millones de niños y niñas en todo el mundo – un tercio de la población infantil mundial – viven con el doble impacto de la pobreza y el alto riesgo de sufrir las consecuencias de la crisis climática, según el nuevo informe de Save the Children Generation Hope: 2.400 millones de razones para poner fin a la crisis mundial del clima y la desigualdad. En España, el 27% de los niños y niñas sufren esta doble amenaza y en números se traduce en más de 2,2 millones de niños y niñas.

El país con el mayor porcentaje de niños y niñas afectados por esta doble carga es Sudán del Sur (87%), seguido de la República Centroafricana (85%) y Mozambique (80%). Si el análisis se hace teniendo en cuenta el número total de niños afectados -223 millones-, los mayores números se localizan en India, Nigeria y Etiopía debido, entre otras causas, a su enorme población infantil. 

La organización, que ha trabajado junto a la Universidad Libre de Bruselas para realizar este estudio, ha descubierto que, si bien se calcula que el 80% de los niños y niñas sufren al menos un fenómeno climático extremo al año. En España, la cifra se eleva al 86% (6,9 millones de niños y niñas).

Un número significativo de niños y niñas -121 millones- que experimentan la doble amenaza del alto riesgo climático y de la pobreza viven en países de renta alta, con 28 millones de ellos en los países más prósperos del mundo. Más de dos de cada cinco de estos niños y niñas (12,3 millones) viven en Estados Unidos o el Reino Unido. 

Además, en todo el mundo, 183 millones de niños y niñas se enfrentan a la triple amenaza: emergencia climática, pobreza y conflictos. Del total de la población infantil que experimenta esta triple carga, los niños y niñas de Burundi (63%), Afganistán (55%) y la República Centroafricana (41%) son los más afectados. 

Save the Children afirma que la crisis climática y de desigualdad es un factor clave que erosiona la resiliencia de los niños, niñas y comunidades. “Si no se aborda con urgencia, la frecuencia y la gravedad de las crisis humanitarias y del coste de la vida aumentarán en los próximos años poniendo en jaque el futuro de la humanidad””, señala la organización.

El año pasado la ONG ya informó en la investigación Nacer en un mundo en crisis climática de que los niños y niñas nacidos en 2020 se enfrentarán de media a siete veces más olas de calor abrasadoras durante su vida que sus abuelos, y que los recién nacidos de todo el mundo vivirán de media 2,6 veces más sequías.

Andalucía, a la cabeza

Andalucía es una de las comunidades autónomas con más niños y niñas que viven en riesgo de pobreza y de sufrir las consecuencias de la crisis climática. Un 27,9% de los menores de 18 años en Andalucía está en situación de pobreza, 5 puntos por encima del año anterior. Así lo revela el análisis que ha hecho Save the Children a raíz de la última Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) del Instituto Nacional de Estadística, y tomando como referencia el umbral de renta autonómico. En total, el número de niños y niñas en situación de pobreza en 2021 en Andalucía se elevó a más de 439.000. En su análisis, la organización alerta de que la pobreza infantil supera la pobreza de la población en general que sube 1,6 puntos respecto el año anterior y alcanza el 20,5%. “Si a este factor se le suman los fenómenos climáticos extremos que recibe este territorio, como las olas de calor, las sequías o las danas, el riesgo de que la infancia vulnerable se vea afectada se multiplica”, afirma Javier Cuenca, director de Save the Children en Andalucía.

Esta con comunidad sería, junto a la Comunidad Valenciana, Murcia, Castilla La Macha y Extremadura, de las que registran mayor número de niños y niñas a los que les impacta a la vez la pobreza y los fenómenos extremos causados por la crisis climática. 

“No es lo mismo pasar una ola de calor si tienes una casa con piscina y aire acondicionado que si vives en una casa de 50 metros cuadrados sin aire acondicionado ni ventilación. La infancia en riesgo de pobreza es especialmente vulnerable a estos fenómenos extremos causados por la crisis climática, y si no se toman medidas esto sólo irá a peor”, asegura Cuenca. 

Escuchando a 54.000 niños y niñas de todo el mundo 

Save the Children ha escuchado a 54.000 niños y niñas en una importante consulta realizada entre mayo y agosto de 2022 para conocer sus impresiones, preocupaciones e intereses sobre la crisis climática. En el informe se recogen todas sus respuestas, como la de Luciano, de 12 años. Su familia perdió su casa después de que el ciclón Ana arrasara la isla donde vivían y ahora vive en un campo de desplazados en Malawi. Su familia, dice Luciano, salió de la casa y se subió a un árbol, pero el hermano menor fue arrastrado por las inundaciones. “Nos trasladamos al campamento porque se desbordó el río y nos sorprendió por la noche. Nuestros animales empezaron a salir de la casa. Todos empezaron a ser empujados en círculos por la fuerza del agua. Intentamos salvar a los patos y a las gallinas, pero lo único que conseguimos salvar fue algo de nuestra ropa. Aun así, tengo esperanza y me gustaría volver a vivir la vida que llevaba antes de las inundaciones”.   

La directora general de Save the Children International, Inger Ashing, ha indicado que “en todo el mundo, las desigualdades están agravando la emergencia climática y sus impactos, sobre todo para los niños, niñas y familias con bajos ingresos”. Ashing añade que “dada la magnitud del desafío, sería fácil caer en la desesperación. Pero debemos aprender de niños como Luciano que luchan por un mundo más verde y más justo. Es necesario que impulsemos distintas acciones junto a los niños y niñas para poner fin a la crisis climática y de desigualdad, e impulsar la protección y el cumplimiento de sus derechos”. 

La COP27, una oportunidad que no podemos perder 

El 6 de noviembre comienza la Conferencia de Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP27). Save the Children cree que el mundo no puede permitirse de ella otros resultados que no sean ambiciosos.  
Los países más ricos del mundo, cuyas emisiones históricas han impulsado la crisis climática y de desigualdad, “deben liderar el camino para desbloquear la financiación de los países que están luchando para proteger a los niños y niñas de las consecuencias, incluso mediante la fijación del sistema de alivio de la deuda mundial y a través de la financiación climática, en particular para la adaptación y las pérdidas y daños”, concluye la directora.

Notas metodológicas

–    Para estimar el número de niños que viven en la pobreza y que se ven afectados por el alto riesgo climático, Save the Children ha calculado la proporción de niños y niñas afectados por el clima y de niños y niñas afectados por la pobreza en 1.925 regiones de 159 países, que abarcan el 98% de la población infantil total (2.320 millones de niños). La medida de la pobreza utilizada en la mayoría de los países es multidimensional, y se considera que los niños y niñas viven en la pobreza si sufren privaciones en al menos una de las siguientes áreas: salud, nutrición, educación, vivienda, agua o saneamiento. Hemos calculado la proporción de ellos que sufren al menos un fenómeno climático extremo al año (incendios forestales, pérdidas de cosechas, sequías, crecidas de ríos, olas de calor y ciclones tropicales) a partir de un análisis realizado junto a la Universidad Libre de Bruselas utilizando la mayor base de datos de proyecciones de impacto climático disponible hasta la fecha.  

–    Al combinar la proporción de niños y niñas en situación de pobreza y afectados por el alto riesgo climático en las distintas regiones, asumimos que la pobreza se distribuye por igual dentro de esas zonas, lo que probablemente conduzca a una subestimación, dado que los hogares más empobrecidos suelen vivir en zonas más propensas al riesgo de sufrir algún desastre climático.  

–    En este informe, nos referimos a los países de renta baja y media baja como “renta baja”, y a los de renta alta y media alta como “renta alta”.   

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