Fuente: Ayuda en Acción| El 25,5% de la juventud española de entre 16 y 29 años asegura haber sentido una soledad no deseada y un 69% de las personas jóvenes se han sentido a solas en algún momento de su vida. Así lo confirma el primer informe en España sobre soledad no deseada en jóvenes elaborado por el Observatorio Estatal de la Soledad y promovido por Ayuda en Acción y Fundación ONCE.
“Este informe no solo nos aporta una mirada novedosa y relevante de gran impacto en nuestra juventud. También nos alerta de la gran importancia del impacto de las desigualdades y la pobreza junto a aspectos como el género, la orientación sexual o el origen”
Matías Figueroa, director de programa Europa de Ayuda en Acción.
Un estudio que arroja luz sobre un problema silenciado
Para la elaboración del estudio se han realizado entrevistas telefónicas a un total de 1800 personas de entre 16 y 29 años residentes en España. Entre los principales objetivos del informe destacan el visibilizar la incidencia de la soledad en la juventud española, cuál es su percepción sobre ella e indagar en las causas y correlaciones con la salud mental o las desigualdades sociales para, a partir de ahí, identificar soluciones y recomendaciones.
“El estudio demuestra que la soledad no deseada tiene una relación directa con acceso al empleo y, por ende, con la desigualdad y la pobreza. Las personas jóvenes en situación de desempleo y vulnerabilidad sufren una soledad mucho más acusada que la media”, explica el portavoz de la ONG. “Debemos recordar una vez más que la tasa de paro de la juventud de 16 a 29 años se duplica respecto al resto de la población por una serie de desventajas y desigualdades que detalla nuestro estudio de transiciones en desventaja. Además el acceso a bienes básicos como la vivienda está lejos de garantizarse para desarrollar una vida”.
Datos relevantes sobre la soledad no deseada
El Estudio sobre juventud y soledad no deseada en España arroja varias conclusiones relacionadas con diferentes estados de soledad en relaciones sociales, educación, empleo, pobreza o estado de salud.
Tres de cada cuatro jóvenes que dicen sufrir soledad no deseada (75,8%) aseguran sentirla desde hace más de un año. Casi la mitad (45,7%) desde hace más de tres. A este respecto, el comité autor del informe aclara que la pandemia es la causa de esta situación solo para el 20,4%, lo que supone que hay un 79,6% de encuestados que no atribuyen su soledad al coronavirus. En cuanto a la intensidad y peores momentos del sentimiento de soledad, el 71,4% de la juventud que se siente sola manifiesta sufrir este problema “con frecuencia”. Un 30,5% lo acusa sobre todo por las noches.
La relación con la actividad laboral y la pobreza tiene una gran correspondencia con la soledad no deseada: las personas en situación de desempleo sufren una prevalencia de la soledad 5 puntos por encima que las que estudian o trabajan. Y la prevalencia de soledad no deseada en jóvenes de hogares con dificultades económicas es casi el doble que entre jóvenes de hogares que llegan con facilidad a fin de mes (36% frente a 19,4%).
El estudio pone asimismo de manifiesto la relación existente entre los problemas de salud mental y la soledad no deseada de la juventud. Así, las personas jóvenes con problemas de salud mental percibida o diagnosticada tienen una probabilidad 2,5 veces mayor de sufrir soledad no deseada, quienes sufren ansiedad o depresión un 89,2% más. Por otro lado, aquellas que reconocen tener una baja autoestima un 83,2% más y las que han tenido pensamientos suicidas un 81,1% más.
Además, la soledad afecta más a mujeres (31,1%) que a hombres (20,2%). Asimismo, las personas de origen extranjero o LGTBI sufren mayores tasas de soledad. “Es muy importante que tomemos nota de que la procedencia, el género o la orientación sexual tienen un efecto significativo sobre la soledad no deseada en la juventud y la relación que tiene esto con qué tipo de sociedad tenemos o queremos”, matiza el director del Programa Europa.
La desigualdad y su relación entre la soledad no deseada y la educación
Ayuda en Acción destaca que existe una fuerte relación entre la soledad, el nivel educativo y las condiciones en las que se desarrolla la educación de la juventud. “La relación entre el acoso escolar o laboral y la soledad no deseada en la juventud es enorme”, destaca Figueroa. El porcentaje de quienes han sufrido acoso escolar o laboral alguna vez en su vida es casi el doble en el grupo de jóvenes que padecen soledad no deseada (58,1%) que en el formado por quienes no la padecen (32,1%).
Además, la encuesta muestra una relación entre el nivel educativo y la soledad. La juventud con educación universitaria experimenta los niveles más bajos de soledad. “Es una cuestión de acceso a una educación superior y de desigualdad social, pero también de acompañamiento y medios en relación al abandono escolar”, continúa Matías Figueroa. La juventud que ha repetido sufre una prevalencia de soledad no deseada 10 puntos superior a la que no ha repetido. También se observa una relación con el abandono escolar temprano y con el rendimiento académico bajo.
Tal y como recordó Ayuda en Acción en el Día de la Educación, en España los indicadores de los ODS de la UE indican una tendencia de mejora de los resultados del ODS 4. Sin embargo, también alertan de que es necesario incidir en mayores esfuerzos para lograr los objetivos para 2030. Especialmente en cuanto a la reducción del abandono escolar, donde España sigue lejos de la meta de solo un 9%, situándose en el 13,9%. Además, la organización alerta de que estos datos están relacionados con una infraestructura escolar básica y una serie de oportunidades que no son ni universales ni igualitarias. Todo ello fruto de la disminución de gasto general en los últimos diez años en materia de educación y las disparidades entre comunidades autónomas en políticas sociales.
Peticiones y líneas de trabajo del año 2024
Ayuda en Acción trabaja con la juventud en situación de vulnerabilidad a través de la orientación vocacional y el apoyo psicosocial. “Generamos itinerarios individualizados y grupales para trabajar con las y los jóvenes en las diferentes etapas educativas. Complementamos los contenidos que ya se trabajan a través de los equipos docentes con metodologías de aprendizaje activas”, señala Matías Figueroa. La organización trabaja el aprendizaje por retos, el aprendizaje servicio para intentar motivar al alumnado y facilitar la adquisición de competencias y habilidades clave para vincularlas con las necesidades reales que existen con el entorno. “La articulación con el mundo empresarial local es clave para la inserción socio laboral del alumnado. Por ello, intentamos involucrar a todos los agentes sociales dentro de la base que supone el centro educativo”, añade.
Además, Ayuda en Acción acompaña a través de la adaptación de estos componentes anteriormente mencionados a jóvenes con el objetivo de reactivar sus condiciones de empleabilidad y facilitar así su inserción educativa o socio laboral.