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25N: Mujeres libres de violencias y en paz

La Coordinadora Andaluza de ONGD ha elaborado este comunicado que os queremos compartir con motivo del Día internacional contra las violencias de género.

Desde la CAONGD resaltamos el papel de millones de mujeres de todo el mundo que ponen freno a las violencias que sufren y construyen la paz. Nos solidarizamos especialmente con aquellas mujeres que enfrentan la devastación y crueldad de las guerras, los conflictos y la violencia armada. Mujeres que alzan su voz en busca de paz y justicia. Desde las ONGD nos comprometemos a seguir trabajando de la mano para construir un mundo en el que la igualdad de género y la paz sean la norma. Llamamos a participar en las iniciativas y movilizaciones que se convocan estos días.

En este 25 de noviembre, nos sumamos a millones de voces que en todo el mundo se alzan contra las violencias que sufren las mujeres y las niñas. Nos unimos en solidaridad con las que resisten y tejen la paz en contextos muy adversos. Abrazamos a aquellas que siempre han frenado las múltiples violencias machistas que ahogan sus vidas. Reconocemos y aplaudimos la lucha incesante de los movimientos feministas y de todas las mujeres que día a día luchan por sus derechos. Nos unimos a ellas y reivindicamos un planeta donde todas podamos vivir en plenitud y libres de cualquier opresión.

En un contexto mundial con el mayor número de conflictos desde la II Guerra Mundial, el papel de las mujeres es esencial: cuando las bombas destruyen, sostenemos la vida; somos agentes de paz, tejemos redes de cuidados y de apoyo mutuo, construimos alternativas que desafían a los sistemas opresivos, apostamos por la igualdad y promovemos el respeto mutuo.

Según recoge ONU Mujeres, en la actualidad hay 614 millones de mujeres y niñas que viven en zonas afectadas por conflictos. Desde Palestina hasta Ucrania, Haití, Sudán y Afganistán, su número está aumentando a medida que se intensifican los conflictos geopolíticos, el cambio climático, las crisis sanitarias y alimentarias.

A pesar del rol esencial de las mujeres en el mantenimiento de la paz, sufren las consecuencias de las guerras de una forma diferenciada y más grave. Los conflictos armados generan una sobrecarga de cuidados de sus familias y redes, un incremento de la violencia sexual como arma de guerra (con ejemplos graves y prolongados, como en el caso de República Democrática del Congo), la proliferación de redes de trata con fines de explotación sexual, y mayores dificultades de acceder a servicios de salud sexual y reproductiva, entre otras consecuencias.

En 2023, la proporción de mujeres asesinadas en conflictos armados se duplicó con respecto a 2022: cuatro de cada diez personas que murieron como resultado de los conflictos eran mujeres. Los casos de violencia sexual relacionada con los conflictos verificados por la ONU aumentaron un 50 por ciento.

Cuando se produce una crisis, las mujeres y las niñas corren un mayor riesgo de sufrir violencia de género y de perder bienes e ingresos. En contextos frágiles, las mujeres y las niñas tienen casi 8 veces más probabilidades de vivir en la pobreza que los hombres, y en todas las regiones del mundo sufren más inseguridad alimentaria. Sin embargo, las infraestructuras financieras y de ayuda siguen fallando a las mujeres, con consecuencias devastadoras. Menos del uno por ciento de la ayuda oficial para el desarrollo (AOD) se destina directamente a las organizaciones de derechos de la mujer.

Violencia en situaciones de emergencia: también en Valencia

El mayor riesgo para las mujeres en situaciones de emergencia también tiene ejemplos más cercanos y actuales, como la que viven las niñas y mujeres afectadas por la DANA en Valencia. Expertas recalcan cómo se incrementan los casos de violencia de género, además de las mayores carencias que viven las mujeres: desde el impacto en los cuidados de niñas y niños o la  falta de espacios para la higiene personal a la precariedad reforzada en el caso de las trabajadoras del hogar o las mujeres migrantes, sin acceso a suministros básicos o a ayudas en casos de situación irregular, en los que se incrementa el miedo a la deportación.

Esta crisis que vivimos más de cerca, y la reciente celebración de la Cumbre del Clima (COP29) en Bakú, nos refuerzan en la denuncia de las consecuencias del cambio climático y la necesidad de una transición justa, principalmente para los países del sur global, con la mirada puesta en los mayores efectos que causa en mujeres y niñas.

Construcción de paz

Nuestra lucha no es solo una cuestión de género, sino también una propuesta de profunda transformación social desde una visión de justicia, de diálogo, de paz y derechos humanos. Es una lucha transversal y horizontal que debe ser inclusiva y cuestionar todas las formas de discriminación y de opresión que enfrentamos las mujeres en todo el mundo. Por eso, nos sumamos al movimiento global que desafía un sistema capitalista profundamente machista, patriarcal y colonialista basado en políticas que perpetúan la violación de los derechos humanos, las violencias, la escalada armamentística y el consecuente dolor de millones de personas.

Hacemos un llamado mundial a la acción para fortalecer las políticas que garanticen los derechos de las mujeres y poner fin a todas las formas de violencia que atentan contra nuestros cuerpos, derechos y territorios. Nos solidarizamos especialmente con aquellas que enfrentan la devastación y crueldad de las guerras, los conflictos y la violencia armada. Mujeres que, en contextos muy extremos se alzan en busca de paz y justicia.

Reconocemos su papel fundamental en los procesos de paz y exigimos su plena participación en todas las etapas en su construcción, tal como establece la Resolución 1325 de Naciones Unidas. La paz duradera sólo será posible si se construye sobre la base de la erradicación de la violencia machista y patriarcal y el respeto de los derechos humanos.

Hay múltiples ejemplos de cómo, en medio de las crisis humanitarias, las mujeres se han erigido como poderosas agentes de cambio. Los tenemos en Palestina, Sudán y otras zonas del mundo. Su resiliencia, liderazgo y esfuerzos colectivos desempeñan un rol crucial en la respuesta a la crisis.

Por todo ello, nos comprometemos a seguir trabajando juntas para construir un mundo libre de violencias donde la igualdad de género sea la norma y no la excepción. Abogamos, desde el enfoque interseccional y decolonial que caracteriza nuestras luchas, por un cambio cultural que celebre y promueva la agencia de las mujeres desde la infancia, creando entornos donde todas las personas, independientemente de su género o identidad, se sientan empoderadas y respetadas.

Animamos a todas las personas a sumarse a las movilizaciones que se realizarán en ciudades y pueblos en toda Andalucía y el resto del mundo. Juntas somos más fuertes y capaces de transformar nuestra realidad hacia un mundo justo, feminista, sostenible y en paz.

Participación de las mujeres en procesos de pazLas mujeres desempeñan roles fundamentales en procesos de paz en todo el mundo, aunque todavía enfrentan barreras significativas para una participación plena y efectiva. En 2022, participaron como negociadoras o delegadas en cuatro de los cinco procesos de paz liderados o co-liderados por las Naciones Unidas, aunque solo representaron el 16% de las personas participantes, un descenso en comparación con años anteriores.​ Datos de UN WomenLa participación de las mujeres en negociaciones de paz aumenta significativamente la durabilidad y el éxito de los acuerdos alcanzados. Diversos estudios muestran que la inclusión de mujeres incrementa la probabilidad de que un acuerdo de paz dure al menos dos años en un 20%, y la probabilidad de que dure 15 años en un 35%​.   A pesar de esto, menos del 3% de las personas signatarias de acuerdos de paz fueron mujeres UN Women

IMAGEN: ©Irene Galera _JRS