Sevilla acogerá a finales de junio la IV Conferencia Internacional de Financiación para el Desarrollo. Una cita clave para garantizar recursos suficientes que aseguren políticas justas para todo el planeta. Desde La Coordinadora de las organizaciones para el Desarrollo compartimos algunas preguntas y respuestas que pueden ayudarte a entender por qué es tan importante. IV Conferencia de Financiación para el Desarrollo Sevilla
Consulta aquí el documento que han realizado desde La Coordinadora de las organizaciones para el Desarrollo sobre la Conferencia de Financiación para el Desarrollo.
¿Por qué una Conferencia sobre Financiación para el Desarrollo?
Sevilla acogerá a finales de junio de 2025 la IV Conferencia de Financiación para el Desarrollo (FfD4 por sus siglas en inglés). Y tú te preguntarás, ¿y a mí esto en qué me afecta? Pues en todo. Porque de la ambición política y de los compromisos adoptados en la FfD4 va a depender en gran medida que se movilicen los recursos necesarios para que avancemos hacia un mundo seguro para la humanidad, donde podamos vivir con dignidad y equidad respetando los límites de un planeta que ya ha demostrado que es finito.
¿Y por qué ahora?
Porque no podemos esperar más. Mientras los Estados aumentan su gasto militar o el uso de combustibles fósiles, y las grandes empresas y fortunas tributan mucho menos de lo que deberían, se estima que la brecha de financiación para alcanzar el cumplimiento de la Agenda 2030 puede ser de hasta 4 billones de dólares anuales. Y te recuerdo que estamos en 2025… Cinco años quedan.
Pero, ¿de dónde sale la pasta?
Hay mucho dinero en el mundo, pero se usa en combustibles fósiles o armas en lugar de invertir en medidas que reduzcan la pobreza y el cambio climático. Se necesitan cambios en cómo se recauda y se usa el dinero para garantizar más igualdad y sostenibilidad. Y por supuesto, toca revisar las desigualdades estructurales, en todos los lugares, más aún en los espacios de toma de decisiones. La FfD4 no va solo de movilizar pasta, también va de reformar la arquitectura financiera internacional. Esto, entre otras cosas, pasa por exigir responsabilidades históricas a los países del Norte global; y pasa por aplicar una mirada decolonial a las desigualdades y crisis que asolan el mundo.
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