Los datos del Global Wealth Report 2023, uno de los principales informes sobre la evolución de la riqueza a nivel mundial que es elaborado de forma conjunta por UBS y Credit Suisse, mostraron que el mundo terminó 2022 siendo más pobre de lo que era cuando comenzó el año. Es la primera vez que la evolución de la riqueza global entra en terreno negativo desde 2008. En concreto, en términos nominales, el patrimonio neto privado a nivel global se redujo en 11,3 billones de dólares, un 2,4% menos que en 2021, hasta quedar en 454,4 billones de dólares. Por su parte, la riqueza por adulto se contrajo un 3,6%, siendo de 84.718 dólares de media.
El descenso fue de 3,5 billones de dólares en Asia-Pacífico, mientras que África y Latinoamérica fueron la excepción al experimentar un aumento de 85.000 millones de dólares y de 2,35 billones de dólares respectivamente.
Menos riqueza y menos millonarios.
Junto con la disminución de la riqueza agregada, también bajó el número de millonarios a nivel mundial. En 2021, el mundo tenía, según la anterior edición del informe, 62,5 millones de personas que tenían una riqueza superior al millón de dólares. En total, este 1,2% de la población adulta mundial acumulaba el 47,8% de toda la riqueza.
¿Qué se necesita para ser “rico”?
En el caso de España, la riqueza media estaba en 2022 en 224.209 dólares por adulto. 15,91 millones de españoles se situaban en el decil más rico de la población mundial en 2022, mientras que el número de españoles con un patrimonio neto superior al millón de dólares, alcanzaba, según el informe, los 1,018 millones de personas. La mayor parte de la riqueza española está invertida en la vivienda.
El 1 % más rico ha acaparado casi dos terceras partes de la nueva riqueza generada desde 2020 a nivel global (valorada en 42 billones de dólares), casi el doble que el 99 % restante de la humanidad, revela un informe de Oxfam. Durante la última década, el 1 % más rico ha capturado alrededor del 50 % de la nueva riqueza. Mientras tanto, al menos 1700 millones de trabajadoras y trabajadores viven en países donde el crecimiento de la inflación se sitúa por encima del de los salarios, y más de 820 millones de personas en todo el mundo (aproximadamente una de cada diez) pasan hambre. Las mujeres y las niñas suelen comer en último lugar y en menores cantidades en los hogares, y representan casi el 60 % de la población mundial que padece hambre. El informe detalla, entre otras muchas cosas, cuánto deberían tributar los más ricos y cómo lograrlo, con herramientas concretas y contrastadas para los Gobiernos, algunas incluso ya en marcha. Este informe muestra cómo una imposición adecuada a los ultra ricos puede ser la vía para lograr un mundo más justo, sostenible y sin pobreza.
Según el Banco Mundial, podríamos estar ante el mayor incremento en la desigualdad entre países y la pobreza desde la Segunda Guerra Mundial. Países enteros se encuentran al borde de la bancarrota. Los más pobres destinan cuatro veces más recursos al servicio de la deuda (en manos de ricos acreedores) que a los servicios de salud pública. Tres de cada cuatro Gobiernos del mundo tienen previsto recortar el gasto público por un importe total de 7,8 billones de dólares aplicando medidas de austeridad durante los próximos cinco años, lo que se extiende a los sectores de la salud y la educación.