Como cada año, el 30 de julio se conmemora el Día Mundial contra la Trata de Personas, una fecha para concienciar sobre esta esclavitud del siglo XXI que en 2022 ya sumaba alrededor de 50 millones de víctimas. En este 2023, el lema impulsado desde la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) es Llegar a todas las víctimas de la trata, sin dejar a nadie atrás.
Las crisis mundiales, los conflictos y la emergencia climática están aumentando el riesgo de trata, según Naciones Unidas. Los desplazamientos y las desigualdades socioeconómicas afectan a millones de personas en todo el mundo, que quedan expuestas a la explotación de los traficantes. Las personas que no gozan de un estatus legal, que viven en la pobreza, que tienen un acceso limitado a la educación, a la atención sanitaria o a un trabajo digno, que sufren discriminación, violencia o abusos, o que proceden de comunidades marginadas, son a menudo las principales víctimas de trata.
En todo el mundo, las medidas nacionales parecen estar deteriorándose. Las tasas de detección cayeron un 11% en 2020 y las condenas se desplomaron un 27%, lo que ilustra una ralentización mundial de la respuesta de la justicia penal a la trata. La pandemia de COVID-19 también alteró las propias características de la trata, empujándola aún más hacia la clandestinidad y aumentando potencialmente los riesgos para las víctimas al hacer menos probable que el delito llegue a conocimiento de las autoridades. De hecho, el 41% de las víctimas que consiguen escapar de su terrible experiencia acuden a las autoridades por iniciativa propia, otra clara señal de que las medidas de lucha contra la trata se quedan cortas.
En el contexto de la trata de personas, dejar atrás a las personas significa:
- No poner fin a la explotación de las víctimas de trata,
- No apoyar a las víctimas supervivientes una vez liberadas de sus traficantes, y
- Dejar a determinados grupos vulnerables ante los traficantes.
La campaña para el Día Mundial contra la Trata de Personas de 2023 tiene como objetivo sensibilizar sobre los alarmantes acontecimientos y amenazas identificados por el último Informe Mundial sobre la Trata de Personas de la UNODC y hace un llamamiento a los gobiernos, las fuerzas del orden, los servicios públicos y la sociedad civil para evaluar y mejorar sus esfuerzos para fortalecer la prevención, identificar y apoyar a las víctimas, y poner fin a la impunidad.
Para acabar con la trata, debemos reforzar la resistencia contra la explotación y los problemas socioeconómicos y culturales subyacentes que propician la trata. Debemos sensibilizar a todo el mundo sobre el tema de la trata de personas y dirigir así la atención hacia quienes pueden marcar la diferencia en términos de cambio de políticas y gestión de recursos nacionales para reforzar las medidas de prevención, mejorar la identificación de las víctimas, aumentar el apoyo a los supervivientes y acabar con la impunidad.
El séptimo Informe mundial sobre la trata de personas 2022 de la UNODC detalla las pautas y los flujos de la trata detectados durante la pandemia de COVID-19. Abarca 141 países y ofrece una visión general de la respuesta a la trata de personas a escala mundial, regional y nacional, detectándose:
- La ralentización mundial de las condenas se aceleró durante la pandemia de Covid-19, registrándose una reducción del 27% en el número de condenas. Posibles respuestas para mejorar estos datos sería la inversión en el desarrollo de capacidades de investigación digital, incluida la recopilación y el manejo de evidencia digital o el intercambio de mejores prácticas, tecnologías y difusión de información práctica sobre las unidades nacionales dedicadas a la trata de personas.
- Los conflictos y la guerra aumentan el número de víctimas de trata de personas explotadas dentro y fuera de las zonas de crisis. La mayoría de los conflictos actuales se producen en África y el Medio Oriente. Como consecuencia, la mayoría de las víctimas resultantes de los conflictos son originarias de países de África y del Medio Oriente y también son objeto de trata hacia los mismos. Un respuesta a esta situación sería reducir la vulnerabilidad a la trata dentro de las zonas de conflicto, al garantizar a las poblaciones afectadas un acceso seguro a servicios esenciales y a la ayuda humanitaria.
- El cambio climático multiplica los riesgos de la trata. La emergencia climática aumenta la vulnerabilidad a la trata de las personas al actuar como multiplicador del estrés. En 2021, 23,7 millones de personas se vieron desplazadas internamente por catástrofes naturales inducidas por el clima. Muchas otras, cruzaron fronteras para escapar de la pobreza inducida por el clima. Ante el aumento de la trata entre la población afectada por las consecuencias del cambio climático, la ONU recomienda que los Estados miembros garanticen a las personas afectadas por el cambio climático el acceso a recursos efectivos y medios de adaptación para disfrutar de una vida con dignidad humana, así como integrar las medidas de lucha contra la trata en la ayuda humanitaria de emergencia.
El tráfico de personas es un grave delito y una grave violación de los derechos humanos. Cada año, miles de hombres, mujeres y niños caen en las manos de traficantes, en sus propios países y en el extranjero. Prácticamente todos los países del mundo están afectados por el tráfico, ya sea como país de origen, tránsito o destino de las víctimas.