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El papel fundamental del profesorado y personal educativo como garantes del derecho a la educación

Hoy, 5 de octubre, se celebra el Día Mundial de los y las Docentes, un día para celebrar cómo los y las docentes están transformando la educación, para reflexionar sobre el apoyo que necesitan para desplegar plenamente su talento y vocación, y para repensar el camino que queda por delante con respecto a la profesión a nivel mundial. Según estimaciones recientes de la UNESCO, se necesitan 24,4 millones de docentes adicionales en la educación primaria y unos 44,4 millones de docentes en la educación secundaria si queremos hacer realidad la educación básica universal de aquí a 2030.

La región que más ha progresado es Asia Meridional, donde la escasez se ha reducido a la mitad desde 2016, hasta un déficit estimado de 7,8 millones de docentes. En cambio, el África subsahariana ha avanzado poco y representa un tercio del actual déficit mundial. En Europa y América del Norte, a pesar de las bajas tasas de natalidad, la falta de profesores se sitúa en el tercer puesto de todas las regiones del mundo, con 4,8 millones de profesores adicionales necesarios. En América Latina y el Caribe faltan 3,2 millones.

La UNESCO llevó a cabo una investigación para comprender mejor las razones de esta escasez de profesorado. Tras analizar los datos relativos a la tasa de abandono de 79 países de distintas regiones del mundo y con diferentes niveles de desarrollo. En estos 79 países, la tasa de abandono, que mide la proporción de maestros que optan por dejar la profesión de manera permanente, casi se duplicó entre los docentes de primaria, pasando del 4,62% en 2015 al 9,06% en 2022. Las situaciones varían considerablemente de un país a otro, pero destacan tres factores principales: condiciones laborales precarias, altos niveles de estrés y salarios bajos.

Frente a la escasez sistémica de profesorado, la UNESCO recomienda siete medidas para hacer más atractiva la profesión docente, que deberán ajustarse en función de las circunstancias y los desafíos nacionales:

  1. Invertir en la formación inicial del profesorado y en programas de desarrollo profesional continuo.
  2. Implementar programas de orientación y mentoría que unan a docentes con experiencia junto a aquellos que están comenzando y promuevan la colaboración entre colegas.
  3. Garantizar que los profesores reciban salarios y prestaciones competitivas, especialmente en comparación con otras ocupaciones que requieren niveles equivalentes de calificación, y brindarles oportunidades de ascenso profesional.
  4. Agilizar las labores administrativas y la documentación para que los docentes puedan centrarse más en la enseñanza y menos en la burocracia.
  5. Fomentar un equilibrio saludable entre la vida laboral y personal al establecer expectativas realistas para las horas de trabajo y disminuir la carga laboral innecesaria.
  6. Brindar un acceso más sencillo a servicios de salud mental y asesoramiento para apoyar a los docentes en el manejo del estrés y las dificultades emocionales.
  7. Impulsar un liderazgo escolar sólido y colaborativo que reconozca las contribuciones de los docentes, ofrezca retroalimentación constructiva y promueva un ambiente de trabajo positivo.

Por su parte, desde la Campaña Mundial por la Educación, celebran el papel del profesorado como uno de los principales pilares para lograr una #educación inclusiva, de calidad y un futuro mejor y reclaman un aumento de financiación en cooperación en materia educativa, acorde a las necesidades educativas actuales, mejorando la atención y el reconocimiento al profesorado. Lee aquí su MANIFIESTO.

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