Por Comunicación CAONGD
Sevilla será la sede de la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo de Naciones Unidas del 30 de junio al 3 de julio del próximo año. Este evento excepcional (supone la cuarta edición, después de la celebrada en Doha en 2015) reunirá a gobiernos y movimientos sociales de todo el mundo para, entre otros objetivos, aumentar y mejorar la eficacia de los fondos destinados a los procesos de desarrollo en países del Sur Global.
Lo que encontrarán todas las delegaciones venidas de decenas de países será una comunidad autónoma con gobernantes dispuestos a aparecer en las fotos mientras desmantelan su política de cooperación internacional. Lo dice el anteproyecto de Ley de Presupuestos de la Junta de Andalucía para 2025, presentado ayer. La AOD andaluza no es que no crezca al nivel de las cifras globales del Presupuesto de 2025 (que aumenta un 4,4% respecto al ejercicio anterior), sino que sigue cayendo en picado desde que Moreno Bonilla es presidente de la comunidad.
La partida destinada a la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID) en el anteproyecto de Ley desciende a 18.805.199 euros, casi tres millones menos que en la Ley de Presupuesto de 2024 (21.750.080 euros), lo que se traduce en un recorte del 13,54%. El principal agente de la cooperación andaluza, las ONGD, absorbe prácticamente todo el retroceso previsto, ya que la convocatoria de ayudas contará con una dotación de 12.130.816 euros, frente a los 14.865.816 de 2024. Estos 2.835.000 euros menos implican un nuevo tijeretazo de casi el 19%.
Un cúmulo de decisiones encaminada a disolver la cooperación andaluza
En los últimos meses la Junta de Andalucía ultima el nuevo Plan Director de la Cooperación al Desarrollo para el periodo 2025-2028, en fase de revisión tras un trabajo al que se convocó al resto de agentes: ONGD, universidades, organismos multilaterales y contrapartes de países en los que se desarrolla la cooperación andaluza.
De nada sirve todo el preámbulo que reconoce el grave momento de crisis a nivel mundial y la necesidad de hacerles frente; la supuesta voluntad de alinear la política de cooperación internacional de la Junta al marco normativo estatal y las agendas internacionales (como la Agenda 2030); o que incluso reconoce el amplio respaldo de la sociedad andaluza a la solidaridad con otros países (según el Barómetro realizado por el Centro de Estudios Andaluces en 2023, la ciudadanía andaluza, en su inmensa mayoría —el 94% de las encuestadas—, afirma ser solidaria y apoya el impulso de políticas que promuevan la solidaridad entre países).
Todo queda en palabrería si ni tan siquiera se cumple su legislación autonómica o el pobre objetivo para la financiación del próximo PACODE: “aspirar a un crecimiento paulatino de los recursos económicos que se asignarán a esta política” para tender “progresivamente a alcanzar el mínimo del 0,7% de los Presupuestos de la Junta de Andalucía”. El porcentaje de la AOD para 2025 quedaría en un ridículo 0,0385%.
Por otra parte, el anteproyecto de Ley ahonda en la indefinición del cómputo de la AOD andaluza. El documento presentado ayer señala como novedades respecto al presupuesto vigente “una nueva visión transversal” que añadiría partidas de otras consejerías en el ámbito internacional, lo que abre una puerta peligrosa al cómputo de gastos que no tengan una relación directa con políticas de desarrollo internacional.
El Gobierno de Moreno Bonilla ya ha mostrado que su voluntad es hacer desaparecer la cooperación internacional en Andalucía, con gestos como el cambio de consejería realizado este verano (pasando de la de Presidencia, Interior, Diálogo Social y Simplificación Administrativa a la de Inclusión social, Juventud, Familias e Igualdad). Este traspaso implicaba eliminar de su lugar natural a una política social con proyección internacional, donde se facilitaba su relación con otras políticas de acción exterior de la Junta, incluida la necesaria coherencia de políticas para la implementación de los ODS y la Agenda 2030 en la Junta de Andalucía, competencia incluidas entre las propias de la Secretaría de Acción Exterior.
La experiencia y calidad del trabajo de las ONGD, desperdiciadas
Tras estas cifras se esconden efectos muy graves para la población de los países con los que coopera Andalucía, desde las víctimas del genocidio de Israel en Palestina y del resto de conflictos armados vigentes, las personas refugiadas o desplazadas (que alcanzan cifras récord actualmente) o las afectadas por los efectos extremos del cambio climático a las que ven vulnerados sus derechos fundamentales en un marco de desigualdad y pobreza.
Y lo hacen por la simple falta de voluntad política para destinar fondos, despreciando así la trayectoria y la experiencia acumulada de las ONGD andaluzas a lo largo de décadas. Sirvan como ejemplo las propias cifras de la insuficiencia presupuestaria de la convocatoria a ONGD de la AACID. En 2024 se han presentado 201 proyectos viables, de los que solo recibieron financiación 75, con un monto global de 14.965.816 euros. Los proyectos suplentes (a los que la Junta reconoce objetivos y calidad más que suficientes para poder realizarse) habrían requerido de 27.826.948 euros más. Es decir, esta insuficiencia presupuestaria supera el 65%, unas cifras que aumentarán con este nuevo recorte.
Desde la CAONGD exigimos al Gobierno del PP Andaluz que rectifique esta propuesta para 2025, que cumpla con sus propios objetivos para la política pública de cooperación, y que no haga quedar a la sociedad andaluza en la cita internacional que se nos avecina en un nivel tan vergonzante de insolidaridad y menosprecio a los países con los que cooperamos, desde una visión de justicia global.