La cooperación al desarrollo enfrenta un contexto cada vez más desafiante, marcado por la reducción de fondos y su relegación en las agendas políticas. Sin embargo, sigue siendo una herramienta fundamental para responder a crisis humanitarias, conflictos prolongados y el desplazamiento forzado de poblaciones. En este escenario, el papel de las organizaciones de la sociedad civil resulta clave para garantizar la continuidad de proyectos que promuevan el desarrollo sostenible y la equidad global.
El Informe ASONGD 2024 examina la evolución del presupuesto destinado a la cooperación internacional entre 2020 y 2023, analizando la distribución de recursos y las estrategias adoptadas en un entorno de creciente incertidumbre. A través de un enfoque tanto cuantitativo como cualitativo, el informe busca evaluar el impacto de los fondos gestionados y las prioridades establecidas para maximizar su alcance en los territorios destinatarios.
Este Informe, elaborado en el marco del Convenio Sevilla Coopera VII que la ASONGD desarrolla con fondos del Ayuntamiento de Sevilla, analiza 111 proyectos financiados entre 2020 y 2023, ofreciendo una radiografía de la cooperación internacional en la ciudad. A través del estudio de las modalidades de financiación, los ámbitos de intervención y su alineación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el documento pone sobre la mesa las tendencias que están marcando el sector. En un contexto global incierto, la publicación permite evaluar el impacto de los fondos gestionados y el rumbo que está tomando la cooperación en un escenario de recursos cada vez más limitados.
Evolución del Presupuesto (2020-2024)
El presupuesto municipal para cooperación al desarrollo mostró fluctuaciones significativas durante este período. Tras una tendencia a la baja entre 2020 y 2023, 2024 registró una recuperación notable, superando incluso las cifras iniciales. Este aumento se debe a la reintroducción de partidas para proyectos de cooperación con inversión (modalidad A2) y Ayuda Humanitaria (modalidad B).
La evolución del presupuesto muestra cómo las fluctuaciones en los fondos han afectado la capacidad de acción de las organizaciones. El análisis comparativo de los datos de las Convocatorias Vía Subvenciones ONGD de 2024 y 2022 (años en los que están disponibles todas las modalidades) revela un aumento del presupuesto total, si bien menos significativo que el que se da entre 2024 con respecto a 2023, debido a que la recuperación de las partidas de acción humanitaria y de proyectos de cooperación con inversión ha influido en esta tendencia.
A pesar de estas variaciones, las organizaciones han demostrado su capacidad de adaptación a un entorno cada vez más complejo, aprovechando los recursos disponibles para seguir impulsando proyectos en sectores estratégicos. La tendencia a la disminución de fondos refleja una realidad global en la que la cooperación internacional se enfrenta a crecientes desafíos para garantizar su continuidad y efectividad.
Modalidades de proyectos y ámbitos de trabajo
El Informe ASONGD 2024 pone el foco en la transformación del perfil de los proyectos de cooperación al desarrollo impulsados por el Ayuntamiento de Sevilla entre 2020 y 2023. Durante este periodo, las modalidades más utilizadas han sido A1 (proyectos de cooperación sin inversión física) y C1 (proyectos de sensibilización y educación para el desarrollo), reflejo de una clara orientación hacia intervenciones sostenibles, de bajo coste estructural y con fuerte componente educativo y comunitario.
En cambio, la modalidad A2 (proyectos de cooperación con inversión física), asociada a actuaciones en infraestructuras, ha experimentado un descenso continuo hasta desaparecer por completo en 2023. Este hecho está relacionado con la disminución del presupuesto total disponible ese año y señala una limitación creciente para abordar proyectos que requieran inversión en equipamientos o mejoras materiales. Por su parte, las modalidades C1 y C2 (dirigidas a la sensibilización de la ciudadanía y el trabajo con población migrante y refugiada) han ido ganando protagonismo en los últimos ejercicios.
En cuanto a los ámbitos de trabajo, el ámbito educativo es el que mayor número de proyectos ha concentrado, seguido por sensibilización, lo que refuerza la idea de que el enfoque pedagógico es central en la estrategia de cooperación municipal. Este predominio se ve especialmente reflejado en las modalidades C1 y C2, orientadas a intervenciones locales. Ámbitos como salud, agua y saneamiento o emergencia han tenido menor presencia y más discontinua, dependiendo en gran medida de la existencia de la modalidad A2.
Los datos del informe también revelan que existe una estrecha correspondencia entre tipo de modalidad y ámbito temático: los proyectos de sensibilización (C1 y C2) se han centrado casi exclusivamente en educación y derechos humanos; los de cooperación sin inversión (A1) han abordado temas como salud, desarrollo económico o prevención de la violencia; y los pocos proyectos ejecutados bajo la modalidad A2 se han vinculado a educación con dotación de infraestructuras o intervenciones en agua y saneamiento.
Esta evolución refleja tanto un ajuste presupuestario como un cambio estratégico en el modelo de cooperación municipal, que apuesta por intervenciones de impacto social y educativo, capaces de transformar entornos y actitudes con recursos limitados. La tendencia observada entre 2020 y 2023 sugiere que las ONGD han sabido adaptarse a las condiciones cambiantes, desarrollando proyectos innovadores que combinan eficiencia, incidencia y sostenibilidad.
Distribución geográfica de los fondos
El informe señala que Perú ha sido el principal receptor de fondos (399.941,62 euros), seguido de El Salvador (324.080,00 euros) y la Población Saharaui (295.000,00 euros). Esta distribución sugiere un enfoque en territorios con necesidades estructurales y potencial de impacto a largo plazo. Además, estos tres destinos representan aproximadamente un tercio del presupuesto total movilizado, lo que refuerza la idea de una cooperación municipal focalizada en contextos específicos y estratégicamente seleccionados.
La presencia de Guatemala, Mali y Marruecos en el grupo de principales países receptores, con cifras superiores a los 200.000 euros, demuestra una política de cooperación que no se limita a una única región, sino que apuesta por una distribución equilibrada entre América Latina y África. Este enfoque geográfico permite abarcar una diversidad de problemáticas vinculadas tanto al desarrollo económico y educativo como a la estabilidad institucional y la resiliencia comunitaria.
La comparación interanual también permite observar cambios en las prioridades territoriales. Por ejemplo, mientras que en 2020 y 2021 se mantuvo una distribución más homogénea entre países de América Latina, a partir de 2022 se aprecia una mayor concentración de recursos en destinos como Perú o el Sáhara Occidental. Este reajuste parece responder tanto a criterios de eficacia como a la necesidad de intervenir en contextos donde los recursos municipales puedan tener un mayor efecto estructural.